De qué manera se debe comer una paella valenciana
La paella es un
plato grupal que se goza en compañía, y es que sin “nuestra gente”, no sabe
igual. Para los valencianos, supone
un instante de asamblea, de alegría, de rencuentros, aun se llegan a crear
tradiciones entre amigos o bien familiares, brotando instantes mágicos como “la
paella de los domingos”.
Con este aura de acto singular y siendo que los valencianos somos muy nuestros con esta exquisitez gastronómica, es muy normal que
bastante gente se pregunte, sobre todo los foráneos,
¿De qué manera se debe comer una paella?
Una regla inmutable en el momento de comer paella es que, como
plato colectivo que es, puede y debe comerse de manera directa del propio
caldero, esto es, de la paella.
En este sentido, comer todos de la paella es un símbolo valenciano de hospitalidad y cordialidad. No obstante, hay ciertas salvedades, siendo el propio chef quien se ocupará de emplatar a los más pequeños y a los convidados que no se atrevan, eso sí, sirviendo o bien escudellant siempre y en toda circunstancia del centro.
En este sentido, comer todos de la paella es un símbolo valenciano de hospitalidad y cordialidad. No obstante, hay ciertas salvedades, siendo el propio chef quien se ocupará de emplatar a los más pequeños y a los convidados que no se atrevan, eso sí, sirviendo o bien escudellant siempre y en toda circunstancia del centro.
Otro punto que no tiene discusión es la cuchara. La tradición
afirma que debe ser de madera, si bien en esa temporada cada comensal tenía su
cuchara de boj. Hoy, con una cuchara común basta para no llamar la atención.
Empieza el ritual de la paella
Cuando llegue el apreciado instante en el que el arroz esté ni
demasiado frío ni demasiado caliente en la paella sostiene una temperatura
ideal de forma prolongada-, debes conocer el decálogo del buen comedor de
paella:
– La paella hay que
dividirla mentalmente como una caja de quesitos, respetando las lindes de
separación. Lógicamente, todos y cada uno de los comensales han de estar en condiciones de igualdad y tener la paella al alcance de la cuchara.
– Se aconseja sentar a los más comedores de forma intercalada,
para eludir alguna desgracia. Si uno de los comensales desea echar limón a la
paella, si bien para muchos sea motivo de expulsión, no hay inconveniente, más
va a deber consultarlo con los vecinos.
– ¡El ataque a la paella
se genera cuando el arroz ya ha descansado y el comensal de mayor rango social
afirme algo como Vinga, que es gela l’arròs! (¡Venga, que se enfría el arroz!).
– Si la paella está buena,
es preciso loar al chef, cuantas más veces, mejor.
– Si un comensal no quiere algún tropezón de verdura o bien de
carne, lo puede depositar esmeradamente en el centro. Eso sí, en el momento en
que un pedazo de carne sale de la paella, está más que prohibido que vuelva a
exactamente la misma.
– En caso de que alguien invada el espacio del vecino, va a ser
recriminado.
– En el momento en que un comensal abandona, debe respaldar la
cuchara en el borde de la paella o bien decir Estic fart, ja no puc més! (Estoy
harto, ya no puedo más).
– Está muy mal visto virar la paella para acceder a otras zonas
con más arroz.
– Cuando aparezca el ansiado socarraet, se debe repartir
equitativamente.
– Para finalizar, el alimento concluye cuando todos se retiran o
bien ya no queda ni un grano de arroz.
Ahora que conoces las reglas, acompaña la paella de una buena ensalada
valenciana y de un melón o bien una sandía si es verano y, ¡que aproveche!
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